Escultura
Etrusca
La escultura
etrusca se creó generalmente de carácter funerario,
pero también existieron esculturas de carácter religioso
o de tipo monumental.
Lamentablemente,
no han quedado demasiados restos, especialmente debido a la pobreza
de los materiales usados: principalmente arcilla o piedra de mala
calidad , en el caso de piezas pequeñas, a veces se esculpió
con mármol, alabastro e incluso a veces oro y bronce.
Las obras más
tardías son muy difíciles de catalogar pues ya se
encuentran bajo dominio romano, aunque siguen la técnica
etrusca. Existen esculturas de bulto y altorrelieves, relacionados
con frontones, generalmente. Lo más normal es que aparezcan
formando grupos.
Hay
una gran cantidad de canopes o urnas funerarias de distintas formas,
como casas, vasijas, etc., en las que comienza a aparecer la figura
humana. También se han conservado numerosos sarcófagos.
La escultura
etrusca es prácticamente anónima, sólo se conoce
el nombre de Vulca, un escultor muy importante que trabajó
sobre todo en Veyes.
Algunos ejemplos
de la escultura etrusca son:
Vasija panzuda
Es el tipo de urna más sencilla a la que se le ponía
una tapa con cabeza humana. Se completaba con asas, que en principio
eran sencillas pero que luego intentarían imitar los brazos.
A veces tenían relieves que simulaban la anatomía
humana. También podían tener una base sobre la que
asentarse, que en algunas ocasiones asemejaba un trono.
Figura de
Castellani
Es así llamada por el lugar donde se conserva. Fue realizada
en torno al año 600 en arcilla policromada y tiene un tamaño
muy pequeño. Se trata de una figura sedente estática
y frontal con la mirada al frente y envuelta en un manto ornamentado
a base de líneas que se cruzan formando cuadrados. Seguramente
llevaría algo en la mano que tiene extendida.
Sarcófago
de los esposos de Villa Julia
Es del s. VI. Probablemente contenía las cenizas de los representados.
Procede de la necrópolis de Cerveteri. Está realizada
en terracota policromada. La postura es muy común, están
reclinados en el kliné, que está decorado finamente
con volutas. Los esposos están juntos y vivos. Quizá
celebran un banquete, pero quizá solamente están conversando
o ahuyentando a los malos espíritus. Por detrás hay
huecos, para poder guardar las cenizas.
El hombre está
semidesnudo y en un tono más oscuro que la mujer, que se
encuentra totalmente cubierta por la túnica. Los rostros
recuerdan al arte arcaico griego. La mujer lleva un tocado muy liso.
Las almohadas tienen un tratamiento escultórico de gran calidad
Sarcófago
de los esposos de París
Se encuentra en el museo Louvre de París. Es muy similar
al anterior, aunque tiene los pliegues más cuidados y los
pies abultan más que en el de Villa Julia.
Sarcófago
de Larthia Seianti
Es del s.II, más grande y de terracota policromada. De nuevo
aparece la tapa con una figura recostada viva, pero la tipología
es algo distinta: seguramente era un sarcófago para inhumación.
La decoración en relieve es a base de columnas corintias
adosadas, rosetas, etc. Ya la influencia orientalizante ha desaparecido
y la griega es más helenística, más cerca de
lo que se va a ver después en Roma. El cuerpo quizá
es demasiado largo para ajustarse mejor a la forma del sarcófago.
Ya no es un
cuerpo aplastado, sino que tiene una de las piernas un poco doblada.
En la mano lleva un platillo o un espejo. El rostro permanece tranquilo
y sereno y la mujer debía ser de procedencia noble por sus
adornos. El velo está magníficamente realizado, con
un remate de florecillas. El modelado también es muy bueno.
Gupo de Veyes
Es una de las obras atribuidas a Vulca, por lo que se realizaron
en el s. VI. Se trata de un grupo formado por Hermes, Heracles,
Apolo y una figura femenina no identificada que estaban luchando
por una cierva.
Apolo de Veyes:
se encuentra muy restaurada. Tiene una gran semejanza con la escultura
griega arcaica, pero rompe el espacio adelantándose. Además,
está cubierto por una túnica con pliegues sencillos
pero que no son todos verticales. La cara es muy expresiva y viva.
Hércules
de Veyes tiene una postura muy interesante, adelantado e inclinado
hacia delante. Faltan los brazos y la cara. La anatomía es
todavía muy convencional.
Caballos
de Tarquinia
Es lo que queda de un carro tirado por caballos que se realizó
en el siglo IV. Era parte de un alto relieve. Las figuras son muy
realistas y dan una gran sensación de profundidad. Están
realizados en terracota policromada.
La loba capitalina
Se realizó en bronce en el siglo V. Es poco naturalista,
especialmente por el pelo y las costillas. No se sabe muy bien dónde
estaba. Probablemente era uno de esos monumentos que se encontraban
a la entrada de las tumbas, por lo que sería un genio protector.
Hay quien dice que quizá fuera griega. Los niños son
añadidos posteriores del Renacimiento.
La Quimera
Se realizó en el siglo IV en bronce y formaría un
grupo con Belerofonte. Representa a un animal fantástico
con cuerpo de león, cola de serpiente y parte de cabra. Pese
a esto, es muy realista, excepto la melena. Aparece encorvada y
con la boca abierta para dar sensación de fiereza, pues representa
el momento en el que Belerofonte llega a caballo para matarla.
Marte de
Todi
Se realizó en el siglo IV en bronce hueco y es de tamaño
casi natural. Está quieto, en contraposto, y tenía
en la mano izquierda una lanza y en la derecha una patena (que también
se ha conservado). Llevaba un casco o un yelmo y viste una armadura
similar a la griega, con la camisa que le sale por debajo.
Guerrero
Es del siglo IV, de bronce y algo más pequeña que
la anterior. En la mano derecha llevaba una lanza. La coraza está
muy trabajada. Lleva la cabeza tocada con un casco que tiene unas
alas con las que se cubrían las orejas.
Bruto
Es ya del siglo III y también está realizado en bronce.
Es llamada así porque se pensó que representaba a
este personaje, pero en realidad se desconoce su identidad. Hay
un gran sentido del retrato. Sólo se conserva la cabeza,
pero probablemente se correspondería con un cuerpo de tamaño
natural. Los ojos están rellenos de pasta vítrea y
la barba y los cabellos están realizados de forma suave pero
muy detallista. Es un antecedente de los retratos romanos.
El Orador
o il Arringatore
Está realizado en bronce y tiene características semejantes
a la anterior, pero es de cuerpo entero. Se realizó en el
siglo I (hacia el 80 a.C.) por lo que durante mucho tiempo se consideró
romano, pero fue realizado por algún artista etrusco ya que
en la parte inferior de la túnica aparece un nombre en caracteres
etruscos, por lo que se cree que debió ser un exvoto realizado
por este personaje. Además, se encontró en Perugia,
en la zona de influencia etrusca.
Destaca el estudio
de las telas y, especialmente, del rostro. Tiene el pelo pegado
a la cabeza pero de una forma natural, no como si fuera un casco.
Los ojos estarían rellenos de pasta vítrea. Los rasgos
son totalmente distintos a los del anterior. También es un
retrato del interior, se demuestra su preocupación y concentración
con arrugas en la frente, el ceño, la comisura de la boca,
etc.